miércoles, 19 de octubre de 2016
Pedacito de cielo.
Caminamos la senda de la vida
envuelta en nuestros brazos.
Al pie de la vereda
tú marcabas los pasos
que yo detrás de ti
los volvería a marcar.
Te ví volar entre nubes
rodeada de las hermosas flores
en la casita del campo,
papá con sus agradables ocurrencias
y su dulce paciencia
nos hizo sonreír.
¡Que hermosa nuestra infancia!
Cuando mirando atrás
tú estás cerquita a mi.
¡Qué alegría infinita!
sentirte junto a mí.
Anoche, mientras nos sostenía
ese abrazo sincero
que se acomodaba
muy dentro de nuestras almas,
celebramos de nuevo,
la esperanza en la vida
junto al deseo de poder existir.
Te llevas ese abrazo genuino
de tu hermana menor.
Me dejás la cálidez en mi pecho
de una hermana mayor.
Aquella ternura y compasión
no ha cambiado en tus manos,
recogímos cada rosa en el trayecto
cortamos las hirientes espinas,
aunque una que otra también nos lastimó.
Vivimos y compartimos
momentos insuperables en nuestras vidas,
vida que de nuevo desearía yo vivir.
Te espero nuevamente pedacito de cielo,
en tu rostro encontré la sonrisa radiante
que quiero para mí.
Te quiero hermana mía,
¡Que tengas un placentero viaje!
Alguien muy especial
se sentará junto a ti,
Él con Su inmenso amor
cuidará también de ti. Dios!
Autora: Iris Hernández
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