No entiendo esa vanidad de hombre que rodea tu cerebro,
las neuronas inexistente que cubren tu cerebrero.
Si mi cuerpo está noche será delicia en su boca
y su boca cubrirá en llamas los besos sobre mi boca.
Cuánto diera por huír los recuerdos que me atan
cuando mi amor sin reparos existían junto a ti.
Lo sé, siempre me escogerás, rebuscando entre las letras
algo en el camino para que llegue a ti.
Aquí o allá nadie escribe con sencillez un poema,
una poesía delirante, una ilusión...
Nadie aquí o allá se consuela con: ¡Un Te amo!
ese que rompe y que vive felizmente
desbordado silenciosamente en nuestros pechos.
Autoría: AventurasDIris
No hay comentarios.:
Publicar un comentario