Mientras compartía un grato momento con los niños en la parte posterior de la residencia. Mi adorable nietecito cerró sus ojitos, los niños utilizan ciertos mecanismo de defensa, esté es uno de ellos. Al no querer compartir con los demás niños del jardín infantil, opto por cerrar sus ojos y permanecer el tiempo en el patio con dicha actitud. Varias veces traté sin resultados positivos que se incorporará y compartiera con los demás niños. Entendí que no deseaba que le hablará, que lo llenará de cariño y mimos. Ya a la hora de entrar a la residencia, tan pronto piso el hogar abrió sus ojitos, cambio de actitud inmediatamente, cenó y se fue él solito a descansar.
Moraleja:
La ceguera colectiva no es sana opción para las metas/objetivos de ningún individuo. Abriendo nuestros ojos logramos visualizar mejor nuestro escenario.